miércoles, 28 de octubre de 2015

Los domingos de un burgués en París - Guy de Maupassant

                 
Título: Los domingos de un burgués en París 
Autor: Guy de Maupassant
 
Páginas: 133
 
Editorial: Periférica
 
Precio: 15,50 euros 
 
Año de edición: 2014

Estamos de enhorabuena, porque la editorial Periférica, que parece dar siempre en el clavo, ha rescatado de antologías y archivos casi olvidados este magnífico libro de relatos de uno de los mejores escritores de cuentos de todos los tiempos, Maupassant, maestro indiscutible del género corto. Se trata de diez textos publicados por entregas en 1880 en el diario literario y polìtico «Le Gaulois», para regocijo de sus lectores. Textos que no fueron reunidos en un libro hasta 1901, veintiún años después y ya cuando su autor había fallecido.  

El tema es el de las salidas dominicales de Patissot, un funcionario solitario y atolondrado dotado de «esa sensatez que linda con la estupidez», aburrido, gregario y sin espíritu, que un día sufre un desmayo y va a un médico que le recomienda hacer ejercicio. A partir de ahí a nuestro pobre hombre no se le ocurre otra idea que salir todos los días a conocer los alrededores de París, con lo que inicia una desternillanre cadena de peripecias a cual más absurda y risible, con una rara habilidad para ponerse en ridículo y que todo le salga mal.

Como ya habréis imaginado cada párrafo está empapado de ironía y de la particular visión humorística del autor, que no deja títere con cabeza y además de satirizar a los funcionarios y a los burgueses por supuesto, también le da lo suyo a algunos matrimonios, a los pescadores, periodistas, artistas, millonarios, mujeres en general, patriotas, machistas, feministas y al mismísimo Zola, al que trata con mucho respeto y satiriza de manera muy velada... es increíble lo que reparte en poco más de cien páginas.

Lo hace demás con una elegancia exquisita, bajo la excusa de hacer reír al lector y vaya si lo consigue. Éste es uno de esos pocos libros con los que es casi imposible no reírse sólo. La forma de escribir es muy depurada, este hombre sí que podría haber dirigido un taller literario, porque consigue como nadie en un par de frases, o a veces en una, hacer una descripción precisa y profunda de un personaje o una situaciòn, y además hacernos reír.

Creo que casi nadie caricaturiza con la rapidez y la gracia, con el sentido y la intenciòn con las que lo hace este francés universal. Mención aparte merecen las páginas en las que se describen los intentos de nuestro pobre funcionario de encontrar el amor, la sesión pública organizada por unas feministas y el debate polìtico improvisado en una especie de cena de empresa en la que un anarquista, tras el que se esconde el propio Guy, expone sus ideas con claridad ante la consternación de sus compañeros.

Un libro ligero y chispeante, irónico y divertido a más no poder, escrito con una gran lucidez  y ejeciendo un maravillosos sentido del humor. Maupassant en estado puro en uno de sus mejores libros.

Guy de Maupassant (Dieppe, 1850-1893), es uno de los escritores franceses más famosos y reconocidos. Tuvo muy buenos maestros, su madre le enseñó latin y griego cuando aún era un niño y fué discípulo de Flaubert. A la tierna edad de doce años, vió cómo sus padres se separaban amistosamente, cosa que le marcó profundamente y contribuyó no poco a su caracter inestable y desengañado.

Empezó Derecho, pero lo dejó por falta de dinero y tuvo que empezar a trabajar como funcionario. Mientras tanto, escribía como un descosido. Publicaba relatos por entregas en varias revistas y se dice que era capaz de dictar a tres secretarias a la vez, paseando a grandes zancadas de una mesa a otra de su oficina, otros tantos relatos. En sólo trece años de actividad creativa, escribió más de 300 relatos.

Ciclotímico y pesimista, misógino y misántropo, pasaba de la euforia a la depresión con una facilidad pasmosa. Rechazó premios y honores, aborrecía el matrimonio, del que dijo que era «un intercambio de malos humores durante el día y de malos olores durante la noche», y vivió solo, entregado a su trabajo de manera compulsiva.

Murió joven, a los 43 años, enfermo de una sífilis galopante, con crisis de locura, desordenes nerviosos y graves problemas psíquicos, dominado por el miedo a volverse loco. Intentó suicidarse con un abrecartas, sin éxito, fué internado en una casa de salud y en menos de un año falleció.No deja de ser curioso hasta qué punto los cuentos de este loco nos han hecho felices a tantos y tantos lectores, al menos durante un rato. Ha visitado varias veces este humilde blog y creo que volverá por aquí de vez en cuando.
                 
Guy de Maupassant
                   
Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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