jueves, 21 de mayo de 2015

El mal del ímpetu - Iván Goncharov


Título: El mal del ímpetu
Autor: Iván Goncharov

 
Páginas: 109
 
Editorial: Minúscula
 
Precio: 12,50 euros
 
Año: 2009

Esta divertida novelita, publicada en 1838, es una de las primeras obras del gran Goncharov, otro escritor estupendo del inacabable filón ruso. Cuenta en clave de humor, el problema que aqueja a toda una familia, los Zúrov, por otro lado gente encantadora, el llamado «mal del ímpetu», que no os voy a contar en qué consiste para que leáis el libro. Baste saber que es una idea algo disparatada, cercana a los temas típicos del humor del absurdo, pero que sirve de excusa para que el autor despliegue todas sus habilidades.

Humor, caricatura, situaciones surrealistas, humor inverosímil y algo ridículo, en una historia única que haría las delicias de Buñuel, rematada con un personaje de chiste, un perezoso de campeonato que parece que se cansa hasta de respirar. Genial. 

El argumento gira alrededor de uno de los temas favoritos hasta la obsesión de este singular ruso, la oposición entre apatía y actividad desenfrenada, dos polos entre los que se adivina que se movía su existencia. No hay más que ver las fotos y grabados que nos han llegado de él, en las que aparece medio dormido y apagado. Una novela corta encantadora y suculenta de un gran autor soñoliento y muy dotado para las letras. Cuando no estaba dormido, claro.

 
Iván Goncharov, grabado de 1883

Iván Aleksandrov Goncharov (Simbirsk,1812-1891), novelista ruso,nació en una familia de acaudalados comerciantes. Huérfano de padre a los siete años y con una madre dedicada en cuerpo y alma al negocio familiar, estudió en varios internados de élite para los hijos de la nobleza.

Aprendió a dominar varios idiomas, inglés, francés y alemán. Estudió Filología en la Universidad de Moscú e ingresó en el cuerpo de funcionarios del estado, primero como traductor, luego icupando cargos cada vez más importantes, hasta llegar a ser Director General de Ediciones e Imprenta y finalmente, Censor General.

A finales de los años 30 comenzó a participar en la tertulia de la familia Máikov, lugar de reunión de poetas, escritores, editores, artistas y mecenas. Empezó a colaborar en sus publicaciones y varias revistas, publicando poemas y novelas cortas, como ésta. La fama le llegó con tres grandes novelas publicadas exactamente a un ritmo de una cada once años: «Una historia corriente» (1847), «Oblómov» (1858) y «El precipicio» (1869), que le consagraron como uno de los grandes clásicos rusos. Otro día hablaremos de ellas.

Publicado por Antonio F. Rodríguez. 

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