sábado, 14 de septiembre de 2013

El arte de tener razón - Arthur Schopenhauer


Título: El arte de tener razón
Autor: Arthur Schopenhauer

Páginas: 135
 
Editorial: Edaf

Precio: 8 euros 

Año de edición: 2011


En esta obrita, el genial filósofo alemán plantea la diferencia entre la lógica y la dialéctica. Si la primera se ocupa de la correcta derivación de proposiciones correctas o verdaderas, la dialéctica tiene como objeto obtener y defender proposiciones que pasen por verdaderas. Es decir, la lógica es el arte de razonar y la dialéctica es el arte de persuadir, de discutir y convencer al adversario, y eventualmente al auditorio, hasta llegar a tener razón.

En este juego del enfrentamiento dialéctico es necesario jugar con dos posibilidades, la de convencer al oponente y la de impresionar a la audiencia, de manera que de cualquiera de las dos formas quede uno como vencedor en una polemica.

Se plantea la esencial falta de honradez intelectual de la mayoría de las personas, que cuando discuten casi nunca dan su brazo a torcer a menos que se vean obligados a ello, aunque se den cuenta de que no están en lo cierto. Se suele entablar así una lucha intelectual en la que la mayoría de las ocasiones el ego nos impulsa a discutir hasta el final  y en la que todo vale.

El autor esboza en consecuencia los principios básicos de la dialéctica como una especide de esgrima intelectual y desgrana un catálogo de treinta y ocho estratagemas, que van desde el contraejemplo hasta la reducción al absurdo, pasando por los argumentos ad hominem (contra la persona, no contra sus ideas), el cambio de tema, la exageración hasta el extremo, la diversión y un montón de trucos, orientados a desconcertar y confundir a nuestro antagonista.

La exposición es clara, rigurosa y está llena de ejemlos muy bien buscados, por lo que este libro se lee con facilidad y en un suspiro. Schopenhauer debió de ser un polemista tenible, se las sabía todas. A mí, la verdad, me ha encantado y al leerlo uno lamenta no poder entablar una discusión inmediatamente con un vecino o cualquier otra persona para poder ensayar las diversas fórmulas.

En fin, un libro muy aconsejable en un mundo en el que estamos poco acostumbrados a razonar y debatir, y en el que con demasiada rapidez todo el mundo evita razonar demasiado delante del otro, escabulléndose con la consabida fórmula de «bueno, esta es mi opinión y vale tanto como la suya».

Arthur Schopenhauer (Danzig, 1788-1860) era hijo de un próspero comerciante y una escritora. Su padre le inició en el mundo de los negocios haciéndole viajar por Francia e Inglaterra, pero falleció siendo Arthur muy joven. Después de iniciar la carrera de Medicina descubrió su voacón filosófica y en las soirés organizadas por su madre conoció y discutió con intelectuales, como Goethe

El capital heredado le permitió vivir deahogadamente y dedicarse a la Filosofía. Su gran obra «El mundo como voluntad y representación» fué un fracaso editorial, en nueve años apenas se vendieron unos cuanto acientos de ejemplares entre amigos y familiares. Comenzó a dar clases en la Universidad de Berlín, pero Hegel lo hacía a la misma hora y le robaba todos los alumnos. Al final de su vida alcanzól a fama y el reconocimiento con «Parerga y paralipómena», una obra menor compuesta de una colección de ensayos y aforismos.

Pesimista, nihilista, para él la felicidad consistía básicamente en la ausencia de dolor y el estar entretenido. Supo tomar muchas ideas del budismo y la filosofía oriental, y fué un gran defensor de los derechos de los animales.

Arthur Schopenhauer 

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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